viernes, 15 de mayo de 2015

Tus entrañas caben en este pedazo de madera

Con el paso de los años me doy cuenta de que las razones están de más. Si un cubo de metal tiene opciones, lo mismo se puede decir que el total de habitantes en el universo se desacelera.
Entretanto, dos leones ávidos de carne buscan amigos para deshacerles la amistad. O para requerir un poco más del término.
Sin embargo hay que apuntar que desde el palacio de los dioses las nubes no se ven igual que desde abajo. Ellos mandan la lluvia cuando están aburridos. Y un trueno parte en dos a quien quiera posponer la muerte. La decadencia del sentimiento de culpa es una muestra clara de que pensar demasiado en el hábito de la noche impide congelar uvas. Un día soñé.
Que me subía a un tren sin dirección y que me sentía ligero, ligero. Como cuando una golondrina te hace el verano. O más: una caída informe de vocablos vernáculos estereotipados. Hay ritos que marcan pereza.
Subterráneo. Y viajaba a mil kilómetros por hora, por eso me di cuenta de que estaba soñando con harina de papel.

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