miércoles, 3 de diciembre de 2014

Tiempo que pasa

Por la esquina del ojo miro todo lo que he pasado y no lo puedo nombrar.
Porque quiero nombrar lo innombrable, encontrar lo perdido, contar lo incontable, curar lo incurable.
Me duele lo que se me cortó, una herida profunda como el mar, un recuerdo perdido, naturaleza muerta.
Hace meses que te hiciste años en promesa de olvido y ya no supe cómo más respirar, que por eso mejor exhalé. Que prometí ya no hablar más de tu recuerdo, de los brotes. Que por eso mejor me broté.
Uno tras otro me fui haciendo añejo, como cannabis sativa que al vulnerable destruyó, o aceleró lo inevitable.
Te quiero leer, pero estás ya muy fragmentado, y no sé si el principio es el final o si el final es lo que no podías decir, pues la lengua te la comió un ratón verde como el mar podrido por las algas misteriosas.
Calla y no vuelvas más, que más de cuatro meses han pasado y tu recuerdo todavía está partido en miles de pedazos.

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