domingo, 30 de mayo de 2021

Lo que mi mente me dicte

Tengo que poner atención, porque habla muy rápido.

Esto lo digo yo, no lo dice mi mente.

Entonces, quién es el "yo" escucha la mente?

Se pueden separar?

Ahora sí dicta mi mente:

Se pueden superar?

Los signos y los errores importan mucho, pero debes seguirme el ritmo, y tus dedos, la neta, no dan.

Mi mente me castiga (lo digo yo).

Dice la mente: 

De qué hablas? El castigo te lo pone ese "yo" que dice ser tú.

Yo solo soy ruido que adquiere sentido sabiendo sintonizar los canales que arman palabras aprendidas en el pasado.

Es complejo lo que soy como mente, dicta mi mente.

Yo escribo:

No le alcanzo la velocidad y tengo que entrometer mis propias palabras. Habrá una mente sin palabras?

Habrá palabras sin una mente?

Ese "yo" que dice ser yo, qué tan lejos o cerca está de la mente?

Dicta mi mente:

Estamos en contacto todo el tiempo. Los libros que lees quieren decirte que ese "yo" es una vasija que me contiene.

No les creas del todo. A vece me desbordo, y me deja de contener.

Vomito pensamientos e ideas que, en forma de palabras, impiden conocer la realidad y el mundo que en ella mora

de manera natural, tal como es: pleno, sin palabras ni descripciones calificativas. La realidad, en un punto,

Solamente es.

Eso dice la mente cuya realidad es el mundo de las palabras. Podrá liberarse la mente quitando las palabras? Sus sentidos

y significados múltiples que juzgan, definen, disocian, atrapan, atoran, califican, miden, comparan.

Esto dice la mente, que dicta: un mundo sin palabras en un yo que sea tan grande que no solo me contenga a mí, sino

también a mi ausencia, representada por el momento justo en que no hay palabras. No dura nada.

Pero, con práctica (esto dicta la mente, yo solamente escribo, aunque este paréntesis lo puso ese "dueño" de los dedos 

que escriben y que dice, diciendo "yo", ser yo. Se nota la diferencia entre lo que digo "yo", tratando de integrar la mayor cantidad e información posible en un

párrafo bien articulado, la mente solo comparte ideas, comparte la idea de quedarse sin palabras como un logro

en el que siempre es posible recurrir a usarlas, pero su significado, ya conocido, ya un referente de la realidad asociado

permite decidir si se presentan o se ausentan, casi a voluntad, como voltear a ver hacia otro lado)

Dicta entonces mi mente (mis paréntesis parecen tener miedo a escucharla y hacer la transmisión más difícil):

Escucha lo que digo sin tanto miedo,. no soy, dicen tus libros, ni aliado ni enemigo, pero soy más, quiero ser más, que la fuerza del aliado o el poder del enemigo. Quiero cortar en pedazos

la coherencia lógica hasta llegar, como en un koan mil veces practicado, a la indefinición de realidad, para contenerla y, entonces sí, soltarla

y aprender a soltarlo todo para no poseer nada: permitir que las cosas sean y ocurran y ese que quiso en este momento alzar la mano y decir: "yo"

ocurra como ocurre toda la realidad que le rodea, vacía como las palabras cuando se usan pero se pueden soltar para que el significado se evapore poco a poco.

Dice la mente:

El significado se evapora, y luego regresa fragmentado en forma de nubes condensadas que llueve alegorías

que nadie pretende entender: la lluvia es lluvia. ¿alguien explica mojarse mientras se moja? 

Le digo a la mente, soy ese "yo" que dice cosas, como distinguirse del resto de las personas diciendo que utiliza el 

"yo" para autorreferirse. Ese es quien dice ser "yo", siento que la diferencia es integral: la mente como un pedazo, una pieza necesaria para el propósito humano: …

viernes, 23 de abril de 2021

Nube alta

Contra todo pronóstico, pronostico lluvia. 

De la que emana del corazón, pues.

De la buena.

De la que emana de la punta de los dedos de las manos cunado éstas no se lo piensan demasiado y dejan el alcohol fluir.

Solo por volver a ver la tinta de impresión etérea en una fecha que, muchos días (¿años?) después de hoy, me verán para atrás como un entrañablemente amoroso bicho raro y desaparecido.

Porque nunca somos lo mismo, ni el mismo, de acuerdo con el filósofo griego que se bañaba de vez en cuando en un río, sin ser él el río, ni el río él, ni él él ya, ni el rio el rio tampoco.

Ejercicio de escucha intempestiva en tiempo pasado. Nostalgia del “ya te fuiste y sabemos que nunca vas a regresar”.

A los viajeros en el tiempo los matan con la lápida de los años.

Nos iremos también, entretanto.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Narciso

Volteo a ver lo que me ofrece el espejo. Qué hay detrás de esa mirada reflejada en una ínfima capa de plata, cubierta de cristal.
Procuro atravesar el engaño: me siento perdido dentro de mi misma mirada. Llevo ya horas viendo-lo. Viendo-me. Viendo-nos.
Nunca leí la historia de narciso, pero no creo que el final fuera feliz. El final nunca es feliz.
Y, aunque dicen que los finales son principios, me pierdo en los nudos. No hay desenlace.
Yo.
Yo.
Yo.
Nadie más, esta oscura noche soleada. Que la noche es un estado del alma; es la posición del espíritu con respecto al corazón, no la posición de la tierra con respecto al Sol.

sábado, 21 de mayo de 2016

Ejercicio

I

Sube el lugar
Donde lluvia y sol juegan
A cruzarse arcoiris
y precipitar piedras
de agua
que baja y mueve
empapando la memoria
de espesas gotas
de noche

Lejos los ruidos
estalla el silencio


II

Ve arriba
A un cruce-espectáculo
de siete colores
Camino fácil de sólido
y agua
recuerdo mojado
de cosas áridas
en la madrugada

No se escucha nada.

domingo, 8 de mayo de 2016

Dale padelante

Así un dia
dejó de importarme
haber estado dentro o fuera
aquí o allá
amarrado o libre
con humo
verde
con oxígeno
de la imaginación impía
dolorosa
y persecutoria
adjetivos prohibidos
prohibitivos
no más
los mandé a la verga
y me mandé hacia
adelante
a darle
padelante
porque, si no
el tiempo me reclamaría para siempre

lunes, 4 de abril de 2016

Sísifo

Quería subir la montaña, pero estabas ahí, arriba, esperándome.
¿Cómo aguantar el inimaginable vacío cuando llega? ¿Estoicamente? ¿A base de distracciones efímeras? ¿Montañas más pequeñas? ¿Piedras menos pesadas?
Estabas ahí, te decía, esperándome porque querías celebrar algo conmigo.
Pero no llegué.
Tu voz decía: aguanta el vacío caminando.
Decía: Sube, ya me fui, ¡sube!
Decía: De vacío está hecha la montaña.
Luego se calló y no dijo nada.
Y me aterrorizó el vacío. Me negué a sentirlo. Me llené de nada.
Subí, sin embargo. Cargué la piedra y la llevé.
Porque el vacío también se acaba.

martes, 29 de marzo de 2016

Vicio

Bajo y bajo en espiral, cediendo todo mi poder a lo que me lo quita, como imán que descarga.
Tiembla el piso sólo para mí, mientras nadie me mira, y me siento como en casa.
Destrucción inmaculada. Porque el futuro es así: sucesión de eventos aleatorios si uno no toma la vida por los cuernos.
De un monte al otro, la vista nublada por lo que podría pasar pero no sucede.