domingo, 18 de septiembre de 2016

Narciso

Volteo a ver lo que me ofrece el espejo. Qué hay detrás de esa mirada reflejada en una ínfima capa de plata, cubierta de cristal.
Procuro atravesar el engaño: me siento perdido dentro de mi misma mirada. Llevo ya horas viendo-lo. Viendo-me. Viendo-nos.
Nunca leí la historia de narciso, pero no creo que el final fuera feliz. El final nunca es feliz.
Y, aunque dicen que los finales son principios, me pierdo en los nudos. No hay desenlace.
Yo.
Yo.
Yo.
Nadie más, esta oscura noche soleada. Que la noche es un estado del alma; es la posición del espíritu con respecto al corazón, no la posición de la tierra con respecto al Sol.

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