viernes, 29 de abril de 2011

Un poco de luz

En medio de una tormenta, el pequeño navío, insignificantemente pequeño, en comparación con la inmensidad del océano, se acercó al remolino. Poco a poco, se dio cuenta de que no estaba solo, al observar en el extremo opuesto una embarcación igualmente pequeña. Con todas las fuerzas y el combustible que quedaban a disposición, la primera embarcación consiguió sortear el vórtice de agua que jalaba para el abismo, pero pudo observarse como la segunda no tuvo la misma suerte, o, acaso, la misma perseverancia.
Al llegar a tierra, los tres tripulantes del navío exitoso se miraron con una sensación mezclada de alivio y horror, pues se preguntaron cómo se habrían visto las cosas desde la embarcación opuesta.

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