lunes, 20 de septiembre de 2010

Lo indispensable

Un ejercicio para conocer, a fondo, la esencia más básica de nuestra cotidianidad, consiste en salir de viaje unos días. Al regreso, basta con no abrir la maleta durante un día completo (o quizás algo menos radical).
Son todos los elementos básicos que la conforman —ésos que se guardan siempre en las bolsas aledañas, las que están formadas por redes, por cierres diminutos, por espacios imposibles—, junto con alguna que otra prenda imprescindible, los que más nos hablan de lo que somos día a día.
Las necesidades básicas son personales, y son tan pocas, en realidad, que caben en una maleta. Lo demás es paja.

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